Un clavo de mala calidad puede oxidarse fácilmente, aflojarse con el tiempo o fracturar materiales delicados. En construcciones como techados, cerramientos o estructuras temporales, su resistencia es clave para la seguridad.
5 claves para reconocer un clavo de buena calidad
1. Material del clavo
Acero galvanizado: resistente a la corrosión, ideal para exteriores o zonas húmedas.
Aluminio o acero inoxidable: menos comunes pero útiles en ambientes corrosivos o instalaciones especiales.
2. Acabado superficial
Un clavo de calidad tiene una terminación uniforme y brillante, sin rebabas ni imperfecciones.
El galvanizado debe ser visible y continuo, sin manchas ni zonas descubiertas.
3. Resistencia al doblado
Puedes comprobarlo haciendo una leve presión: un buen clavo no se dobla con facilidad.
Idealmente debe tener una dureza adecuada para no partirse ni deformarse al clavar.
4. Cabeza bien definida
La cabeza del clavo debe tener una forma simétrica y sólida, lo que garantiza una buena sujeción y evita que se hunda o se parta al martillar.
5. Presencia de características adicionales
Clavos con arandela: perfectos para techos de calamina o trapezoidal, ya que sellan y evitan filtraciones.
Estriados o anillados: mayor agarre en madera o estructuras que vibran.
¿Cómo saber si el clavo es confiable?
Compra de marcas reconocidas o distribuidores especializados como ANYERO.
Solicita la ficha técnica del producto o prueba una muestra en obra.
Evita clavos oxidados, con puntas defectuosas o acabados desiguales.
Conclusión
Invertir en clavos de calidad no solo mejora el resultado final, sino que también reduce el riesgo de reparaciones futuras. En ANYERO contamos con stock inmediato de clavos calamina y autoperforantes con garantía de resistencia.